sábado, 13 de diciembre de 2014

Tontos y Más tontos

Si las explicaciones dadas por James Clapper a las escuchas indiscriminadas a nivel mundial perpetradas por la agencia de seguridad norteamericana NSA suenan tontas y son tontas, las razones que esgrimió la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) para exigir a Google un canon irrenunciable por enlazar a sus contenidos también es tonto, pero más tonto es el gobierno español que cedió a esa presión sin siquiera tratar de entender las consecuencias de sus actos.

Que el dueño de un sitio web pretenda cobrar por los enlaces que direccionen a él, es cómo querer cobrar a quienes nos miren. Es eso mismo lo que han logrado los diarios españoles representados en la AEDE, pretenden que Google News les pague por mostrar los enlaces a sus noticias.

Pero no se piense que los tontos son solo los editores españoles, también lo fueron (o todavía lo son) los editores alemanes, los editores brasileños, entre otros.

Recemos para que en nuestro país no se siga el ejemplo como proveniente de un “país del primer mundo”, porque si hay editores tontos que se relamen de solo pensar en las utópicas ganancias que podrían lograr, también tenemos congresistas más tontos que por una portada son capaces de presentar cualquier proyecto de ley.

Google, que ya sabe de estas batallas, por su parte y para demostrar lo estúpido de la ley de pronta aplicación en España, ha decidido adelantarse y cerrar Google News España.

El ridículo más parecido a éste, fue el protagonizado por Twitter, esta red social recibía un pago de Google por permitir incluir los tuits en sus resultados de búsqueda, pero parece que no fue suficiente el pago y decidió cerrar su API, Google simplemente dejó de mostrar los tuits en tiempo real y Twitter lo “acusó” de competencia desleal.

La situación en este momento es que la AEDE está pidiendo a la Comunidad Europea le ayude en su disparate, indudablemente Google no va aceptar pagar por “mirar”, sería un nefasto precedente para Internet y el daño sería mucho mayor que el propinado por la NSA.

Moraleja: Nadie está obligado a entender la tecnología, pero pretender que funcione como se le ocurra merece una visita médica.

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